EL ORIGEN DEL UNIVERSO. ¿QUE HABIA ANTESD DEL BIG BAN?
Es una pregunta habitual cuando se habla del origen
del universo. Y, aunque parezca mentira, no es nueva. Hace 1.600 años, la
cuestión fue suscitada en el ámbito teológico: "¿Qué hacía Dios antes de
crear los Cielos y la Tierra?".
Nuestra intuición nos dice que cada instante está precedido por otro, por lo
que la idea de un "instante inicial", parece absurda. En cuanto nos
salimos de las escalas físicas humanas", nuestra intuición suele
fallar clamorosamente. La teoría del Big Bang se basa, a su vez, en la teoría
general de la relatividad, formulada por Albert Einstein y que representa una
de las cumbres del pensamiento humano. Según la teoría de la relatividad, el
espacio y el tiempo no son, como podría parecer, magnitudes inertes e
inmutables. Por el contrario, el espacio-tiempo, como un todo, se puede estirar
y encoger, curvar y retorcer. Su textura se parece más a la de la goma que a la
del cristal. Y su geometría está determinada por la materia y energía que
contiene.
Es importante subrayar que la teoría de la relatividad no es una mera
especulación. Sus predicciones se han comprobado en una enorme variedad de
situaciones físicas, hasta el momento sin un solo fallo. La teoría de Einstein
predice que las fuerzas gravitatorias han de ser tal como prescribe la
venerable ley de la gravitación de Newton. Y hasta ahora la naturaleza,
"cuando ha tenido que elegir", siempre ha dado la razón a Einstein
frente a Newton.
Pues bien, cuando se aplica la teoría de la relatividad al universo como un
todo, se encuentra que, necesariamente, este ha de pasar por una fase de
expansión; es decir, el espacio mismo (con todo su contenido) ha de expandirse.
Vista con los ojos de la teoría de Einstein, la expansión del universo se
produce porque el espacio entre las galaxias está dilatándose; o, en otras
palabras, se está creando espacio entre ellas. No solo eso, sino que el
universo entero que observamos hubo de surgir de un solo punto, en un instante
inicial denominado Big Bang.
En ese dibujo el tiempo avanza hacia arriba. Cada sección circular
del dedal (es decir cada anillo) representa el universo en un instante dado. A
medida que avanza el tiempo (y por tanto subimos por la superficie del dedal),
los anillos son cada vez más grandes, como consecuencia de la expansión del
universo.
El vértice inferior del dedal corresponde al Big Bang: el instante cero, en el
que todo el universo estaba comprimido en un punto. En esta imagen, viajar
imaginariamente hacia atrás en el tiempo significa deslizarnos hacia abajo por
la superficie del dedal. Pero, si una vez alcanzado el instante inicial (Big
Bang) intentáramos proseguir en la misma dirección, encontraríamos que
regresamos hacia adelante en el tiempo.
Notemos que en el dibujo, la superficie de dos dimensiones, que representa el
espacio-tiempo, está inmersa en un espacio de tres dimensiones. Esto es
consecuencia de una limitación de nuestro cerebro para imaginar superficies
curvadas: tenemos que representarlas sumergidas en un espacio tridimensional.
Pero matemáticamente no hay ninguna dificultad para formular una superficie o
un espacio curvos, sin tener que recurrir a un mundo de dimensionalidad mayor.
En nuestro ejemplo, la superficie en forma de dedal que representa el
espacio-tiempo no tiene por qué estar sumergida en otro espacio de más
dimensiones. Es un universo consistente en sí mismo.
Por tanto, la respuesta a la pregunta "¿qué había antes del Big
Bang?" es que nunca hubo un "antes del Big Bang”. ¿Fin de la
historia? Podría ser, pero no es seguro.